
La depresión en el anciano se está convirtiendo en un importante problema de salud pública. Caracterizada por una mayor gravedad, un elevado riesgo de suicidio y dificultades a la hora de identificarla, es una enfermedad que, con todo, puede y debe ser tratada. En el presente artículo se revisan la clínica y el tratamiento farmacológico de la depresión en el anciano.
Si bien la humanidad ha buscado siempre la pócima mágica que le permitiese ser inmortal, las distintas generaciones han comprendido que la única forma de que la especie perdure a lo largo de los siglos, es mediante la reproducción. Así pues, todas las generaciones han tenido que admitir que el ciclo de la vida, marcado por las etapas del desarrollo, el envejecimiento, y finalmente, la muerte, se repite a lo largo del tiempo con una marcada exactitud.
El ser humano pasa por las diferentes etapas de su vida de forma más o menos afortunada según los casos; sin embargo, al llegar a la vejez aparecen toda una serie de aprensiones y miedos, motivados por la progresiva e inexorable pérdida de facultades, tanto físicas como psíquicas, que hacen que esta etapa de la vida sea la más temida por la mayoría de los individuos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la vejez es el período de la vida en el cual el menoscabo de las funciones mentales y físicas se hace cada vez más manifiesto en comparación con períodos anteriores.
El envejecimiento conlleva una serie de modificaciones que afectan a los distintos sistemas corporales; en lo que respecta al sistema nervioso, se produce una pérdida de conectividad nerviosa, y aunque hay evidencias de una cierta capacidad regeneradora del tejido nervioso, caracterizada por una hipertrofia de las células que se encuentran próximas a las dañadas y un aumento de su árbol dendrítico, tal capacidad está disminuida en la población anciana.
La interfase depresión y demencia
La depresión y la demencia son dos enfermedades frecuentes en el anciano. Pueden aparecer como procesos independientes o bien pueden relacionarse de diversas formas, incluso etiológicamente, apareciendo ambas enfermedades pero con distintos grados de intensidad.
Esta graduación de gravedad va desde la presencia de síntomas depresivos aislados, depresión menor, distimia o depresión mayor, por una parte; y por la otra, presentación de quejas de memoria aisladas, deterioro cognitivo en diferentes grados de intensidad, hasta demencia franca.
Puede ocurrir que el anciano presente sólo síntomas de la esfera cognitiva, o sólo síntomas de la esfera afectiva, en cuyo caso habría que hablar únicamente de demencia o depresión, respectivamente. No obstante, lo más usual es que aparezcan síntomas tanto cognitivos como afectivos, lo que da lugar a una clínica sumamente diversa, que puede traer consigo distintos diagnósticos. Incluso cabe la posibilidad de que el enfermo pase de un trastorno a otro, lo cual obviamente es otra dificultad más a la hora de establecer el diagnóstico. A modo de resumen, puede decirse que la relación.
Entre demencia y depresión, puede manifestarse en tres formas diferentes:• Paciente aquejado de demencia que desarrolla un episodio depresivo.• Episodio depresivo primario acompañado de quejas sobre problemas cognitivos.• Depresión como factor de riesgo o antecedente de demencia.
PERO ESTO NO ES EL FINAL!!
Afrontar la vejez con otra perspectiva es muy importante para mejorar el estado de ánimo de las personas mayores. Asumir esta nueva etapa con vitalidad y con ganas renovadas, será fundamental para mejorar el bienestar y la salud de la población de la tercera edad. Abandonar la melancolía, la nostalgia y la tristeza, asociadas a esta etapa de la vida, será más sencillo con los principales .
consejos para motivar a las personas mayores.
El primer paso:
abandonar el sedentarismo. ¡Hay que decir adiós al sedentarismo! Relacionar la tercera edad con la nula, o escasa, actividad física es muy común. Los motivos son muy variados, pero destaca la relación entre las limitaciones físicas, que repercuten en la movilidad, y las dificultades para realizar ejercicios. Actividad que se reduce a escasos paseos y a largos periodos sentados en el sofá o en la cama. En definitiva, fatal para la salud, tanto física como mental, ya que la monotonía es muy nociva para el estado de ánimo .Así que parece claro que el primer consejo para motivar a personas mayores tiene que ser establecer unas rutinas de ejercicios, adaptados a las limitaciones de cada uno. Pequeños retos diarios que serán muy productivos y que ayudarán a mejorar el bienestar del adulto mayor. Estos retos, ya sean andar unos minutos, subir por las escaleras o hacer ciertas actividades, siempre bajo supervisión, serán muy beneficiosas para mejorar el estado de ánimo y vivir el presente desde otra perspectiva. En este artículo encontraréis algunos ejemplos muy sencillos y a su vez, muy buenos, que serán un foco de motivación, y de autoestima, fuera de dudas, excepcional .Familia y relaciones personales .Otro de los consejos más importantes, de cara a motivar a las personas mayores, es tratar de compartir tiempo con ellos. Las relaciones personales, ya sean con familiares o con conocidos, son muy importantes para incentivar un estado de psicológico positivo. A parte, todo lo que sea compartir tiempo con una persona mayor, ayudará a que esta rompa con su rutina, siendo muy beneficioso para su bienestar y motivación. Explicar anécdotas, compartir recuerdos o, simplemente, mantener una conversación sobre algún tema de actualidad, ayudará en gran medida a superar la monotonía. Dieta sana, vida sana Quizás uno de los consejos más desconocidos, para mejorar el estado de ánimo y motivar a los ancianos en su día a día, es tener una dieta saludable. Escoger aquellos alimentos que son más beneficiosos resultará vital para mejorar la salud. Nutrición y bienestar van de la mano. Una dieta equilibrada, con productos variados y evitando los excesos, es la gasolina necesaria para tener el motor de nuestro cuerpo en funcionamiento. Tomar cereales, hortalizas, verduras, pescados, fruta, etc. Equivale a los nutrientes que nos ayudarán a fundamentar nuestra base de bienestar diario. Y no solo eso, estar correctamente alimentados, ayudará a las personas mayores a tener una fortaleza superior y una motivación por encima de la media. Una cuidador/a para motivar a las personas mayores Como hemos visto, existen muchas posibilidades para ayudar a motivar a los ancianos para ver la vejez de otra forma. Consejos que, de aplicarse correctamente, podrán ser los cimientos de un envejecimiento activo, alegre y positivo. Y la forma más sencilla de asegurar que se lleven a cabo todas estas iniciativas (actividades, ejercicios, dieta saludable, etc.) será con una cuidador/a de personas mayores. Profesionalhttps://prosalud-es.principalwebsite.com/ que podrá estar durante las horas que sean precisas haciendo compañía a nuestro ser querido e impulsando una rutina que favorezca su bienestar.

Actividades para personas mayores .Es preciso que los ancianos desarrollen actividades ocupacionales como leer, pintar, escribir, o seguir realizando las actividades o hobbies que más les gusten. Dispondrán de tiempo que no tenían antes y podrán reforzar su mente manteniéndose ocupados con este tipo de actividades u ejercicios. Talleres para personas mayores Tanto en residencias como en los ayuntamientos de las ciudades en las que vivimos se realizan talleres para personas mayores. En estos talleres podremos reforzar tanto el físico como la memoria. Tendremos acceso para realizar actividades físicas como natación, ejercicios en el agua, ejercicios aeróbicos, actividades con máquinas de gimnasio etc. y siempre supervisados por un profesional que hará que estemos más sanos y podamos afrontar cualquier enfermedad con una mayor fortaleza, al igual que las caidas
